DECÁLOGO DE UN ENTRENADOR DE
ESCUELA
1.- El éxito del entrenador no es proporcional a los partidos que
gana, sino al número de niños que se divierten haciendo deporte con él.
2.- Trabajando con niños todo es posible. El pequeño crece, el malo
mejora, el travieso atiende, el modesto gana campeonatos...
3.- Ningún entrenador tiene derecho a cerrarle las puertas a un niño
que quiere hacer deporte con él. Todos son válidos, todos juegan. Paciencia, no
cansarse nunca de repetir.
4.- Entender las prioridades que deben regir la vida de un niño al
margen del deporte: estudiar, divertirse, estar con la familia...
5.- Cada entrenamiento es una fiesta. Inventar los ejercicios es
mucho más interesante que copiarlos. Mejor si son dinámicos, entretenidos y con
un porqué; que no coarten la creatividad del niño. Favorecer la competición.
Enseñar a pelear con deportividad, a perder y a ganar.
6.- ¿Quién dice que lo único que puede hacer un equipo es deporte?
Hay muchas más formas de pasarlo bien y aprender juntos. ¿Por qué perdérselas?
7.- Los problemas externos (con club, padres, árbitros,
federaciones...) no deben llegar nunca a los niños.
8.- El entrenador debe saber que es ejemplo para los niños las 24
horas del día. En su relación con la gente, en sus hábitos, sus estudios, su
vocabulario, su carácter... Ellos, sin darse cuenta, lo imitan todo sin
distinguir entre lo que es correcto y lo que no.
9.- La mejor formar de progresar como entrenador es asumir
personalmente la culpa de todo lo malo que le pase al equipo, afrontar los
problemas y encontrar soluciones creativas que transformen esos problemas en
virtudes.
10.- Trabajar más y mejor cada día, con exigencia y disciplina. Las
recompensas llegan si no las esperas.
entrenadordefutbol.blogia.com