Hay una frase mítica que se dice a menudo dentro del deporte del balompié que es “el fútbol es un estado de ánimo”. Pero… ¿qué entraña esta frase? ¿Cuándo se suele decir?
¿Cómo maneja un entrenador el estado de ánimo de sus jugadores?
Por ello voy a intentar profundizar un poco más en este tema y reflexionar acerca de este pensamiento.
Es evidente que en un jugador o en una persona en general, el estado de ánimo es un síntoma cambiante, y que no es fácil mantener un estado positivo y de alegría de forma natural, sobre todo cuando el deportista se encuentra sometido a grandes presiones dependiendo de la categoría en la que participe o de la auto exigencia de la propia persona.
Todo depende de la mente, de la forma que tengamos de afrontar las cosas y de los sentimientos emocionales y físicos que tengamos en ese momento. Porque la mente es capaz de pasar de un estado a otro simplemente con un pensamiento o con un recuerdo de una situación de alegría, miedo o tristeza.
Y es que al final, la mente es la que lleva al cuerpo hacía nuestro mejor rendimiento y es capaz de que podamos superarnos o de que caigamos en una depresión, de la como consecuencia, no nos salga nada.
Como entrenadores, para poder ayudar a los jugadores de cara a ese estado de ánimo es necesario conocerlos al milímetro, desde los equipos por los que ha pasado, las posiciones que ha jugado, los entrenadores con los que ha trabajado,su situación familiar, etc…
Una de las formas más sencillas de detectarlo es observar fijamente el comportamiento que tienen los jugadores antes, durante y después del entrenamiento. Es de todos conocidos que la expresión corporal de cada persona, conociéndola bien, nos puede hacer ver si está triste o enfadada. La experiencia y la habilidad del entrenador en este caso es fundamental. No hace falta llegar a ser psicólogo para esto pero si conocer ampliamente al jugador. Después, para asegurarnos de nuestras sospechas podemos conversar unas palabras con él.
Hay que tener cuidado con el estado de ánimo, porque además de ser perjudicial para él puede que esto se contagie al resto del grupo. Así que no sólo debemos detectar el estado de ánimo de nuestros jugadores, sino que también debemos influir en ellos para mejorarlo.
Por ello, detectar una situación de este tipo puede cambiar el rumbo de una sesión de entrenamiento, partido, etc.
Como mantener el equilibrio
Como entrenador, hay que saber mantener el equilibrio de tu estado de ánimo en los momentos de presión o tensión, tanto en la victoria como en la derrota y saber desconectar de los momentos de euforia.
Para ello tenemos que tener sentido común y cordura porque no debemos olvidar que la temporada es un proceso continuo de entrenamientos-partidos y lo que sucede hoy puede influir en el mañana.
Remedios
Grandes expertos en el tema de la motivación nos indicaban que para ejercer el liderazgo los jugadores deben sentir confianza en el entrenador y ver como reaccionas ante una situación crítica, porque si ellos denotan que tienes el control, se sienten más seguros, controlando esa situación de mejor forma.
Los estados de ánimo son muy pero que muy cambiantes y más en actividades deportivas en las que se pasa de una alegría a una tristeza en cuestión de segundos, así que debemos estar atentos a cualquier situación de este tipo y tener herramientas a las que recurrir para pasar al lado positivo velozmente.
Así que si algún día tu como entrenador te encuentras bajo de ánimos antes de ir a una sesión de entrenamiento, prepárate una bebida natural y energética de esta forma: mezcla una naranja, una rodaja de piña, 1/2 banana, una cucharada de germen de trigo, luego batir todo y ponerle hielo.
Aunque no existe mejor remedio para todo esto que una frase a tiempo, dejo una del gran Vince Lombardi:
“La confianza se contagia. También la falta de confianza”
Bori Moreno