Un
entrenador debe tener en cuenta el potencial humano del que dispone, niños que
son como esponjas que absorben todas las enseñanzas, que examinan a su
entrenador como alguien superior, por algo le llaman
“El Mister”, o traducido al español “el señor”.
“El Mister”, o traducido al español “el señor”.
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Una
palabra más profunda y con un contenido rico en matices, no debemos por tanto
defraudar a quienes tenemos bajo nuestro mando. No debemos reflejar en nuestros
jugadores nuestro mal humor, nuestros miedos o nuestras inquietudes. Debemos
tratar a nuestros jugadores con respeto, evitando cualquier tipo de insulto o
menosprecio.
Por
este motivo, debes corregir, sugerir, hacerte entender, jamás reprocharle nada a
un chaval. El fracaso de un equipo no es quedar el último, sino ser incapaz de
conseguir formar un grupo. El buen ambiente de un vestuario no se consigue a
base de victorias y goles, sino a base de trabajo y cariño.
Para
mí, un entrenador de cantera debe tener sobre todo estos
valores:
La motivación, es algo innata en un jugador de cantera,
ellos vienen voluntarios a entrenar, al colegio casi que van obligados. Pero
debemos servirnos de esta motivación para lograr metas mayores, mejor
rendimiento, esfuerzo, mejora, etc.
La autoconfianza, tus futbolistas verán en ti la
seguridad para conseguir los objetivos, no confundir autoconfianza con querer
ganar. Este valor crece con el autoanálisis de los objetivos y los medios, ser
realistas y sobre todo estar preparado para asimilar los triunfos y fracasos. El
comportamiento en cada situación te dará esa confianza a ti y la que te tendrán
tus futbolistas.
Capacidad de liderazgo, un entrenador debe de encauzar
las voluntades de los que tienen bajo su mando. El fútbol es un juego colectivo,
encauzar las voluntades para lograr un fin común, llegar con tu equipo intacto
al final de temporada. Evitar entre los jugadores agravios comparativos y
cohesionar el grupo.
La autoestima, este valor es muy variable en estas
categorías y pueden influir muchos factores, estudios, situaciones familiares,
etc. La misión del entrenador es siempre mantener a los jugadores con esa
autoestima alta, para eso ha de corregir a sus jugadores de forma constructiva y
reconocer sus progresos. Hacerles ver que el progreso técnico y humano está por
encima de las victorias, un chaval vale más que un trozo de metal que es un
trofeo.
Podríamos seguir hablando de los valores que ha de tener un entrenador,
pero también tenemos que tener los pies sobre el suelo.
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