La verdad es que al ver estas imágenes no puedo más que sentirme orgulloso por lo que hemos conseguido juntos. Todo, a base de confianza. La que he tenido yo en mi método de trabajo y la que ellos han depositado en mí dejándose llevar, entregándose al máximo en cada sesión de entrenamiento.
Siempre predispuestos al trabajo. Se que no todo es perfecto, pero teniendo en cuenta que jamás han tenido un entrenamiento específico adecuado es para estar algo más que orgullosos. Es una sesión de entrenamiento de hace ya algunos meses, recuerdo que fueron 25 minutos de gloria, parecían aviones.
La sesión esta prácticamente en bruto, calentamiento con blocajes de manos, unas cuantas caídas a base de lateralizaciones (las hacen ellos mismos) y directos al trabajo motriz con blocajes y desvíos con caídas. 25 minutos que pasaron volando, fue un ¡Visto y no visto!
El trabajo motriz lo efectúo con una progresión de dificultad, de menos a mas, empleando cada vez más picas y cambiando el tipo de apoyo que realizan en cada grupo de referencias. Todas las mañanas, mientras preparo el material, tengo el “gusanillo” rondando por mi estómago porque se que de nuevo, me van a hacer disfrutar.
Ojala pueda seguir haciéndolo durante mucho tiempo o por lo menos, el que yo considere preciso.