lunes, 11 de marzo de 2013

Dr. Muñoz: “El canterano tiene que combinar crecimiento con rendir como un profesional”

cuentaconlacantera.com
 

El doctor Adolfo Muñoz, ex médico de Sevilla y Neuchatel suizo el breve tiempo que estuvo dirigido por Caparrós, disecciona los parámetros fundamentales para un correcto seguimiento médico de un jugador de cantera. Crecimiento, competitividad, dopaje, nutrición, controles cardiacos…  muchos temas de interés que deberían conocer padres, entrenadores y los propios futbolistas.

El doctor Muñoz, actualmente en programas de investigación de la Universidad de Sevilla y en la Pablo de Olavide en un máster (masterdefutbol.com) en el que lleva preparación física y readaptación, prepara también un programa para presentar a UEFA y FIFA relacionado con el historial médico de los futbolistas.

Vivió experiencias directas con las patologías coronarias, como el caso de Antonio Puerta, que sufrió en primera persona y que dio lugar a una concienciación general que ha salvado vidas, o la de Sergio Sánchez, cuyo problema él mismo detectó cuando era médico del Sevilla.

-Hablar de medicina deportiva, competición y hacerlo coincidir con procesos de formación, crecimiento, diferentes edades… requiere un cuidado especial. Si ya con profesionales no se puede dar un paso en falso…

-En cuanto a prevención, en el ámbito global no hay gran diferencia. Los reconocimientos médicos y los controles que tienen que pasar son los mismos. Las lesiones suelen ser parecidas, lo que pasa es que en cada tramo de edad hay unas lesiones que son más susceptibles de aparecer.

Por ejemplo, es muy típico el dolor de rodilla que aparece en los niños de entre 11 y 12 años o en el talón. Ambos tienen su nombre específico, el de la rodilla se llama “Osgood Schlatter” y el del talón se llama “Sever”… Son dolores que aparecen en las zonas de crecimiento de los huesos y son muy característicos de esos periodos.

-¿Cómo logra convivir un chaval en crecimiento con una exigencia física como la que encuentra en un club profesional que lo prepara para la élite, que tiene que competir, que a la vez acude a selecciones y se encuentra con otros médicos, otros entrenadores…? Digamos que es un chaval que va entrando en un mundo donde confluyen muchos intereses.

-Claro, por eso digo que no se diferencia mucho un profesional de un canterano, porque a poco que el niño destaque, como dices, va a ir con selecciones y va a cambiar el ambiente social, no laboral, pero sí de trabajo.

En el aspecto físico habrá entrenadores que metan más carga y otros que metan menos, pero lo que es fundamental y lo normal es que hasta que no tienen 16 años no se les meta cargas físicas grandes externas. Los niños desde que empiezan con 6 años en adelante pueden hacer muchos ejercicios orientados a juegos, a la competitividad sana, al ‘fair play’… que es lo más importante y lo que promueve UEFA y FIFA. Y a partir de las etapas júnior o sénior, es decir, de 17, 18 ó 19 años, es cuando explota y cuando los grandes futbolistas ya han explotado.

En Inglaterra tenemos el caso de Ryan Giggs que entró con 17 años en el ámbito profesional y tiene 40. Ese chaval que entró en el club con menos de 17 se ha ido formando y se ha hecho un profesional de referencia.

-¿Cómo debe ser la nutrición de un futbolista que tiene que combinar crecimiento y rendimiento inmediato? ¿Se les dan aportes, vitaminas…?

-Hay que potenciar hábitos sanos evitando siempre sustancias sintéticas y potenciando la presencia en la dieta de frutas, verduras y legumbres, así como educar en la alimentación para la competición con hidratos de carbono.

-Pero hablar de dopaje en categorías inferiores es de locos. Directamente, entiendo que es algo que no existe.

-Bueno, cuando hablamos de dopaje en fútbol, y sobre todo en escalafones inferiores, estamos hablando de la toma de un medicamento por error o por desconocimiento de los padres. Si un chico está enfermo y acude a su pediatra de la Seguridad Social, éste es un profesional que está muy bien formado, pero estas situaciones no las contemplan porque no tienen que contemplarlas. Un simple medicamento como pueda ser “Frenadol”, tan común, lleva efedrina y en unos niveles altos puede dar positivo.

-¿Pero hay controles antidoping en categorías inferiores?

-No suele haberlos, pero en las competiciones internacionales sí. En los Campeonatos europeos o mundiales sub 16, sub 17… los hay. Y se mira tanto medicamentos que puedan inducir al dopaje como control de drogas, cannabis y otros tipos. En las ligas normales en categorías inferiores ni hay una infraestructura preparada ni hay un control exhaustivo, pero ya en competiciones como Campeonatos de Andalucía, de España y de ahí en adelante sí puede haberlos en cualquier momento.

-Digamos que, por ejemplo, los padres no suelen estar muy encima de este aspecto como sí pueden estar preocupados de la evolución técnica de sus hijos o de si el entrenador los pone o no. Pero es un asunto primordial…

-Ahí la parte que nos corresponde a los médicos es la que corresponde a la salud de esos chavales, la prevención de lesiones y concienciarlos de que si quieren ser atletas profesionales, su cuerpo es su instrumento de trabajo y lo tienen que cuidar. Si ese cuerpo no está bien respetado o se están intentando sobrepasar los límites a unas edades que no corresponden, eso les puede provocar un perjuicio a medio o largo plazo, porque se han visto muchos ejemplos.

La UEFA y la FIFA lo que hacen es controlar y dar muchas recomendaciones e incluso en un momento dado, no poner denuncias en sí, pero sí quejas. Es decir, se enteran de que determinado club no hace las cosas como ellos creen y les mandan un inspector.



-Otra cuestión muy común es escalafones inferiores se da a la hora de adelantar los plazos, es decir, que un jugador de una determinada edad compita con compañeros mayores para que su evolución sea más rápida. Esto por ejemplo es algo que promueve la propia RFEF y lo recomienda en los clubes y en las selecciones autonómicas. ¿Qué consecuencias puede tener esto en el aspecto médico que un cadete que destaque juegue con juveniles, por ejemplo? Es beneficioso deportivamente, ¿pero un médico qué dice?

-No tiene una contraindicación siempre y cuando no se abuse. Una persona que evolutivamente está más desarrollado, algo que es habitual en los niños porque siempre hay algunos que desarrollan antes, no deja de tener más riesgo que una contusión, un golpe con gente de más envergadura, pero no es la problemática más grande. Lo que sí que no se puede plantear es que ese chaval entrene igual que un profesional porque está en formación todavía o su cuerpo está cambiando y no debe pasar de ciertos límites. Quitando eso, no hay mayor riesgo que un jugador que da unos niveles mayores en físico, calidad y madurez pueda jugar con jugadores de edad superior.

-Lo que ocurre es que no siempre es así, no siempre sube el que más físico tiene, sino directamente los que destacan futbolísticamente, sin a veces mirar si su masa muscular u ósea están preparadas… Por no hablar de ciertas modas de muscular a los futbolistas.

-Eso ya es hablar de otros intereses, como el deportivo. Mi planteamiento es que el interés que debe primar es el de la salud de los jugadores. Los clubes tienen que tener esto presente porque hay niveles de carga y de volumen según las edades. También ocurre a veces lo contrario, que gente con 16 u 18 años tiene más nivel físico que futbolistas que están en competición profesional, por edad o por volumen de entrenamiento.

Porque a lo mejor el profesional compite dos veces por semana y ese chaval está entrenando toda la semana y su nivel físico puede ser incluso mayor, pero tienen que ser unas edades específicas. Por norma general, no puedes poner a un chico de 15 años con gente sénior porque probablemente no va a tener esa capacidad de respuesta. Sin embargo, con 16 ó 17 no tiene que haber ningún tipo de problema. De hecho, los hay con 18 que ya llevan dos años jugando en la élite y no desentonan nada.

-El enemigo de un médico en fútbol son los plazos de recuperación de las lesiones, en el caso de los jugadores de cantera hay que extremar más si cabe las precauciones.

-Claro, en mi experiencia te puedo decir que ahí hay dos cosas fundamentales. La primera, la parte médica pura, es decir, que lo primero que tiene que hacer un médico es que el jugador se recupere adecuadamente y luego está que tanto a la familia como a la entidad que están formando (pongo a los dos como formadores) a esa persona, no les interesa que sufra un perjuicio ni a corto, ni a medio ni a largo plazo. A esas edades lo que hay que promover y hay que procurar es que ese jugador tenga muchos años de vida profesional.

Una lesión no curada correctamente puede dar lugar a que su carrera se acabe en ese punto o que, por ejemplo, una carrera como la de Ryan Giggs que ha sido 23 años, se quede en sólo 3 o de 4. Y es una pena porque es un jugador que se ha estado formando desde muy pequeñito para que una lesión simple la compliquemos los que estamos alrededor.

-Un tema obligado por su experiencia es el crecimiento de los controles coronarios ante la gran cantidad de casos de muerte súbita que se suceden en deportistas cada vez más jóvenes.

-Cuando el jugador no es profesional es la Federación deportiva la que debe velar por su bienestar. También lo hacen los clubes, aunque lo hacen de manera, digamos, altruista o como inversión en la salud del jugador, lo cual es loable. Ellos son los encargados de hacer los reconocimientos , que en equipos de cantera se hacen cada dos años. Ese control, conforme a las recomendaciones nacionales e internacionales, debe llevar un historial médico, un electrocardiograma de 12 derivaciones, una bioquímica básica y poco más.

No hace falta más a no ser que en esas pruebas se detecte alguna patología. ¿Qué pasa? Que cuando el jugador pasa a tener un contrato profesional y ya tiene una relación laboral, ahí sí ya las recomendaciones, igual que con cualquier trabajador, ya se ajustan más. A partir de la edad mínima para trabajar, 16 años, el futbolista que firma un contrato profesional, aparte de la mutualidad que le corresponde por estar federado, tiene un seguro laboral. Entonces ya velan por él la Federación y la mutualidad laboral.

En mi experiencia en los clubes en los que he trabajado, éstos se portan muy bien y si tienen que ampliar cualquier prueba, la amplían. Y si encima el club está en competición internacional,  te piden que ese mismo informe lo se lo remitas a UEFA y FIFA porque ello va a garantizar que tú (el club) está haciendo todo lo posible por evitar eventos adversos que ocurren, esas desgracias que son inevitables en muchos casos y que en otros siempre se piensa que se podía haber hecho más. Aparte de todo eso, es igual de importante que los centros deportivos estén equipados tanto de desfribiladores como de personas adiestradas para usarlos.

-Y la pregunta del millón; ¿por qué pasa? ¿por qué ocurre con tanta frecuencia en los últimos años?

-Por ejemplo, en maratón se sabe que por cada 10.000 participantes es muy probable que haya una muerte súbita. Ahora mismo la práctica deportiva se ha extendido muchísimo y no se están haciendo los controles adecuados en muchos clubes que no son profesionales, que están en una escala más de deporte amateur o deporte aficionado y ahí es donde está habiendo más incidencias. La solución es hacer hincapié en que se hagan los reconocimientos y equipar los centros deportivos de desfibriladores y personal adiestrado. Los medios de comunicación se han centrado mucho en este tema porque además es un problema realmente es un problema de salud de primer orden.