martes, 5 de marzo de 2013

Wilfred, de firmar autógrafos a pedir la firma de albaranes

‘Héroes que ya no firman autógrafos’

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Wilfred, mítico portero del Rayo Vallecano

Con su sonrisa y su buen humor, Wilfred Agbonavbare se ganó el cariño de los seguidores del Rayo Vallecano durante seis temporadas (desde 1990 hasta 1996). Fue el portero titular del equipo franjirrojo en el ascenso a Primera en 1992 y en las dos campañas que el Rayo permaneció en la máxima categoría antes de bajar a Segunda.


Un año después, Wilfred vivió de nuevo la alegría de subir a Primera, aunque en su vuelta a la elite del fútbol español, en la temporada 95-96, sólo disputó 16 partidos. Después jugó un año en Segunda con el Écija, que descendería a Segunda B.

El guardameta nigeriano regresó a su país con 31 años, una edad muy buena para un portero, pero no para él. Se estuvo entrenando varios meses esperando una oportunidad que nunca llegó.


A pesar de no tener equipo, Wilfred fue preseleccionado para el Mundial de Francia’98, aunque no entró en la lista definitiva de Nigeria, con la que ganó la Copa de África en 1994 y se clasificó para los octavos de final del Mundial de Estados Unidos de ese mismo año. En aquellas dos hazañas de la selección nigeriana, Wilfred fue suplente de otro portero que jugó en la Liga Española (en el Hércules y en el Deportivo de La Coruña): Peter Rufai.

Wilfred volvió a España para empezar una nueva vida. Se instaló en Madrid y trabajó en una empresa de paquetería como repartidor. En sólo unos años había pasado de firmar autógrafos a pedir que le firmaran albaranes de entrega.

Su pasión por el fútbol le llevó a colaborar como preparador de porteros en el modesto Coslada. En un reportaje del diario ‘El Mundo’ del año 2002 explicaba cómo era su nueva vida. “No tengo mucho descanso, entreno tres días a la semana y trabajo en horario nocturno de lunes a viernes, e incluso los domingos”. Años después, Wilfred trabajaría como maletero en el aeropuerto de Barajas.

En 2011, en el descanso del partido Rayo Vallecano-Real Sociedad, Wilfred recibió el merecido homenaje de la afición rayista. Habían pasado 15 años desde su marcha del Rayo Vallecano. Su vida era muy distinta. Su sonrisa, la misma.