Fractura en el área deportiva del Betis por el clan de Granada en la cantera y los sueldos que percibe. Anselmo Ruiz, el ideólogo, es la mano derecha de Bosch en el club bético.
diariodesevilla.es
Dicen quienes bien conocen la cantera del Betis que lo peor está por llegar. El ominoso descenso del Betis B no es más que el iceberg de una nefasta gestión que tiende a empeorar con los cuerpos extraños que han entrado en Los Bermejales, un clan, proveniente de la Universidad de Granada, que en sólo unos meses ha provocado una fractura considerable en el área deportiva y en el propio club.
Miguel Guillén ha perdido fuerza en el organigrama. Su fallida apuesta por el director general Santiago Pozas, recientemente despedido, y la forma en que llegó al club, por enchufe a través de un proceso de selección fraudulento, han debilitado al presidente.
Vlada Stosic también ha visto reducidas sus competencias, que se limitan organizar el trabajo de la secretaría técnica. La destitución de Miguel Valenzuela, que había realizado un magnífico trabajo como coordinador de la cantera, la apuesta obligada y única por José Antonio Gordillo, las decisiones con los entrenadores del Betis B... El serbio, en la primera etapa del nuevo consejo, era el jefe deportivo junto a Rafael Gordillo. Hoy se circunscribe al primer equipo -sus aciertos han ido a más- y encima ve cómo quien viene de director de la cantera percibe más dinero que él y, por supuesto, que su secretario técnico, Emilio Vega. Es como si Pablo Blanco ganase más que Monchi, para que se entienda.
El responsable último de los problemas que están surgiendo y los que se vienen encima es José Antonio Bosch, un recién llegado al mundo del fútbol, que no conoce este juego ni el deporte, y que se ha puesto descaradamente en manos de un teórico llegado de Granada, cuyo barrio más famoso es el sureño Zaidín, donde se ubican el Nuevo los Cármenes, el Campus de la Salud de Granada, el Palacio de los Deportes...
El ideólogo
Anselmo Ruiz de Alarcón Quintero (Córdoba, 1979) es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de Granada e hizo un Máster en Actividades Físicas y Salud. Fue entrenador de balonmano en el Maracena (Granada) y analista en la Universidad, y trabajó también en la Escuela de fútbol del Granada 74.
Llegó hace dos años al Betis para el proyecto de Betis Lab, que el club vende como un área de innovación del departamento médico sobre lesiones (no compete al primer equipo y sus primeras jornadas fueron un fracaso, con ponencias impropias e inaplicables), y supo ganarse la confianza de Bosch pronto, aprovechando la fascinación de éste por todo lo alemán. Le habló de una entelequia como Foot Pass, especie de sello de calidad que premia la UEFA, que desarrolla la empresa belga Double Pass y que apenas está instalado en Alemania.
Con buena labia, este granadino de adopción enseguida se convirtió en la mano derecha de Bosch en el club. Hoy, tras la destitución de Pozas, figura como miembro del staff de la dirección general. Sin rodeos, es el que dice desde principios de esta temporada qué se hace en el club. El que manda, vamos. Lógicamente, ese poder y esa confianza ciega y para algunos inexplicable de Bosch en su persona la ha aprovechado para introducir en el club a gente de su cuerda.
En el Betis actual, según los principios impuestos por el consejo de administración, sólo se contratan licenciados, lo que otros empleados de la entidad ven como un pretexto para ponerles sueldos más elevados a todos los que van llegando, lógicamente a dedo por mucho que se hable y no se pare de procesos de selección. Si llegan cien currículos y sólo se mira uno... Que vean bien el fútbol, que conozcan el Sevilla Este, el Mosquito, el Nervión o el Calavera no importa excesivamente en este Betis que contrataría antes a don Miguel de Unamuno que a Victorio Unamuno, campeón de Liga con el Betis en la temporada 34-35.
El entrenador
Tras las destituciones de Risto Vidakovic y Antonio Racero Puma, Anselmo Ruiz de Alarcón decidió dar las riendas del filial a Óscar Cano Moreno (Granada, 1972), entrenador de cierto prestigio que dirigió, tras equipos menores de su provincia, a Granada, Ejido, Jaén, Salamanca y Melilla.
Cano fue renovado el lunes pese a no cumplir la cláusula de prórroga automática, consistente en mantener al Betis B. Ahora, el club se verá obligado a un desembolso económico para comprar una plaza o competir en Tercera. No es el culpable único del descenso, pero no ha mejorado la labor de los anteriores. La pregunta sería: ¿por qué tanto afán en quedarse incluso en Tercera? La respuesta quizá obedezca al mando que el grupo granadino ha cogido en Heliópolis, como se denomina el proyecto de cantera.
El profesor
La destitución de José Antonio Gordillo estaba cantada y que el nuevo nombramiento iba a correr a cargo de Anselmo, también. Luis Fradua Uriondo (Bermeo, 1965), quien coordinó dos años Lezama (2002-2004) y luego la cantera del Espanyol (6 meses en 2011), de la que fue despedido porque apenas acudía, fue el elegido, además con el cargo de director de la cantera. "Discrepancias con los mandamases y sus métodos de trabajo", fue la excusa de Fradua en Barcelona. La labor principal de éste fue siempre y sigue siendo la Universidad de Granada -en el Betis trabaja a tiempo parcial-. Doctor en INEF, da clases de Educación Física y Deportiva y posee el título de entrenador. ¿Conoce el fútbol sevillano, la idiosincrasia del chaval hispalense y la rivalidad del Betis con el Sevilla? Nada de eso fue tenido en cuenta para su contratación a través de un convenio con la Universidad nazarí.
El captador
El proceso de captación es vital en una cantera y, por ello, se esperaba que a todos los interrogantes anteriores respondiese el encargado específico de la misma. Pero no fue así. Su perfil es otro. Alberto González Fernández (Málaga, 1979), licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de Granada, fue nombrado hace una semana responsable de formación de Heliópolis. Entrenó al Granada Atlético, al Arenas de Armilla y al juvenil de División de Honor del Málaga, del que fue destituido con dos meses de antelación pese a finalizar segundo tras el Sevilla. Su misión, según el Betis, será "asistir al director de la cantera en la coordinación, supervisar el proceso de captación de niños entre 12 y 17 años y la metodología de la cantera".
Alberto González es, a la fecha, el último eslabón de esta especie de proyecto Zaidín en pleno corazón de Heliópolis. Con todo, el club no descarta nuevas incorporaciones, aunque hoy se antoja difícil que entren béticos cualificados en la organización y quizá se tenga que conformar el club con el ex futbolista Jaime Quesada (juvenil B) y con Juanito, segundo de Cano y hoy a expensas de que decidan su futuro. Éstos, un poco para lavar la imagen. Porque los que acumulan más poder cada día son los de la cuerda de Granada.
Tanto es así que Paco Millán, mano derecha de Valenzuela, dijo adiós hace unas semanas ante semejante percal. Mientras, el Sevilla gana ligas, ficha a los mejores futbolistas de la provincia y hasta los hermanos Wanceulen, que salieron del Betis con el propio Valenzuela y hoy trabajan para el Recreativo, se adelantan en la captación a los béticos. Los problemas, en todo caso, son a años vista y afectarán al Betis, no a gente que viene de fuera a ganar dinero.
Otro granadino, en el despacho de Bosch para la FAF
Miguel Guillén ha perdido fuerza en el organigrama. Su fallida apuesta por el director general Santiago Pozas, recientemente despedido, y la forma en que llegó al club, por enchufe a través de un proceso de selección fraudulento, han debilitado al presidente.
Vlada Stosic también ha visto reducidas sus competencias, que se limitan organizar el trabajo de la secretaría técnica. La destitución de Miguel Valenzuela, que había realizado un magnífico trabajo como coordinador de la cantera, la apuesta obligada y única por José Antonio Gordillo, las decisiones con los entrenadores del Betis B... El serbio, en la primera etapa del nuevo consejo, era el jefe deportivo junto a Rafael Gordillo. Hoy se circunscribe al primer equipo -sus aciertos han ido a más- y encima ve cómo quien viene de director de la cantera percibe más dinero que él y, por supuesto, que su secretario técnico, Emilio Vega. Es como si Pablo Blanco ganase más que Monchi, para que se entienda.
El responsable último de los problemas que están surgiendo y los que se vienen encima es José Antonio Bosch, un recién llegado al mundo del fútbol, que no conoce este juego ni el deporte, y que se ha puesto descaradamente en manos de un teórico llegado de Granada, cuyo barrio más famoso es el sureño Zaidín, donde se ubican el Nuevo los Cármenes, el Campus de la Salud de Granada, el Palacio de los Deportes...
El ideólogo
Anselmo Ruiz de Alarcón Quintero (Córdoba, 1979) es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de Granada e hizo un Máster en Actividades Físicas y Salud. Fue entrenador de balonmano en el Maracena (Granada) y analista en la Universidad, y trabajó también en la Escuela de fútbol del Granada 74.
Llegó hace dos años al Betis para el proyecto de Betis Lab, que el club vende como un área de innovación del departamento médico sobre lesiones (no compete al primer equipo y sus primeras jornadas fueron un fracaso, con ponencias impropias e inaplicables), y supo ganarse la confianza de Bosch pronto, aprovechando la fascinación de éste por todo lo alemán. Le habló de una entelequia como Foot Pass, especie de sello de calidad que premia la UEFA, que desarrolla la empresa belga Double Pass y que apenas está instalado en Alemania.
Con buena labia, este granadino de adopción enseguida se convirtió en la mano derecha de Bosch en el club. Hoy, tras la destitución de Pozas, figura como miembro del staff de la dirección general. Sin rodeos, es el que dice desde principios de esta temporada qué se hace en el club. El que manda, vamos. Lógicamente, ese poder y esa confianza ciega y para algunos inexplicable de Bosch en su persona la ha aprovechado para introducir en el club a gente de su cuerda.
En el Betis actual, según los principios impuestos por el consejo de administración, sólo se contratan licenciados, lo que otros empleados de la entidad ven como un pretexto para ponerles sueldos más elevados a todos los que van llegando, lógicamente a dedo por mucho que se hable y no se pare de procesos de selección. Si llegan cien currículos y sólo se mira uno... Que vean bien el fútbol, que conozcan el Sevilla Este, el Mosquito, el Nervión o el Calavera no importa excesivamente en este Betis que contrataría antes a don Miguel de Unamuno que a Victorio Unamuno, campeón de Liga con el Betis en la temporada 34-35.
El entrenador
Tras las destituciones de Risto Vidakovic y Antonio Racero Puma, Anselmo Ruiz de Alarcón decidió dar las riendas del filial a Óscar Cano Moreno (Granada, 1972), entrenador de cierto prestigio que dirigió, tras equipos menores de su provincia, a Granada, Ejido, Jaén, Salamanca y Melilla.
Cano fue renovado el lunes pese a no cumplir la cláusula de prórroga automática, consistente en mantener al Betis B. Ahora, el club se verá obligado a un desembolso económico para comprar una plaza o competir en Tercera. No es el culpable único del descenso, pero no ha mejorado la labor de los anteriores. La pregunta sería: ¿por qué tanto afán en quedarse incluso en Tercera? La respuesta quizá obedezca al mando que el grupo granadino ha cogido en Heliópolis, como se denomina el proyecto de cantera.
El profesor
La destitución de José Antonio Gordillo estaba cantada y que el nuevo nombramiento iba a correr a cargo de Anselmo, también. Luis Fradua Uriondo (Bermeo, 1965), quien coordinó dos años Lezama (2002-2004) y luego la cantera del Espanyol (6 meses en 2011), de la que fue despedido porque apenas acudía, fue el elegido, además con el cargo de director de la cantera. "Discrepancias con los mandamases y sus métodos de trabajo", fue la excusa de Fradua en Barcelona. La labor principal de éste fue siempre y sigue siendo la Universidad de Granada -en el Betis trabaja a tiempo parcial-. Doctor en INEF, da clases de Educación Física y Deportiva y posee el título de entrenador. ¿Conoce el fútbol sevillano, la idiosincrasia del chaval hispalense y la rivalidad del Betis con el Sevilla? Nada de eso fue tenido en cuenta para su contratación a través de un convenio con la Universidad nazarí.
El captador
El proceso de captación es vital en una cantera y, por ello, se esperaba que a todos los interrogantes anteriores respondiese el encargado específico de la misma. Pero no fue así. Su perfil es otro. Alberto González Fernández (Málaga, 1979), licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de Granada, fue nombrado hace una semana responsable de formación de Heliópolis. Entrenó al Granada Atlético, al Arenas de Armilla y al juvenil de División de Honor del Málaga, del que fue destituido con dos meses de antelación pese a finalizar segundo tras el Sevilla. Su misión, según el Betis, será "asistir al director de la cantera en la coordinación, supervisar el proceso de captación de niños entre 12 y 17 años y la metodología de la cantera".
Alberto González es, a la fecha, el último eslabón de esta especie de proyecto Zaidín en pleno corazón de Heliópolis. Con todo, el club no descarta nuevas incorporaciones, aunque hoy se antoja difícil que entren béticos cualificados en la organización y quizá se tenga que conformar el club con el ex futbolista Jaime Quesada (juvenil B) y con Juanito, segundo de Cano y hoy a expensas de que decidan su futuro. Éstos, un poco para lavar la imagen. Porque los que acumulan más poder cada día son los de la cuerda de Granada.
Tanto es así que Paco Millán, mano derecha de Valenzuela, dijo adiós hace unas semanas ante semejante percal. Mientras, el Sevilla gana ligas, ficha a los mejores futbolistas de la provincia y hasta los hermanos Wanceulen, que salieron del Betis con el propio Valenzuela y hoy trabajan para el Recreativo, se adelantan en la captación a los béticos. Los problemas, en todo caso, son a años vista y afectarán al Betis, no a gente que viene de fuera a ganar dinero.
Otro granadino, en el despacho de Bosch para la FAF
Curiosamente, a finales del mes de septiembre de 2012, Bolonia Abogados, el despacho profesional de José Antonio Bosch, firmó un convenio con la Federación Andaluza de Fútbol (FAF), que preside Eduardo Herrera, para, entre otros acuerdos, "ofrecer acciones conjuntas para la formación de directivos de clubes, futbolistas, árbitros y entrenadores", según adelantó este diario en su día. Meses antes, Bolonia había contratado a Carlos Egea Jover (Granada, 1979), licenciado en Derecho por la Universidad de Granada y que cursó un Máster de Derecho Deportivo en la Universidad de Lérida, y había creado ex profeso en el bufete ese departamento, que sólo ocupa este profesional.
La andadura de Heliópolis, comprometida
Las discrepancias en el área deportiva pueden comprometer el futuro de Heliópolis, proyecto que ya nació como una utopía (70% de los jugadores del primer equipo de la cantera en unos cinco años). Este verano se irán Cañas, Pozuelo y, quizá, Beñat y Adrián, aunque el vasco no es un canterano, ya que llegó con 22 años al Betis B. En principio, se quedan Álex Martínez, Vadillo y Nono, ya que Eder Vilarchao, al que el club se apresuró en dar un dorsal del primer equipo (pese al bonito gesto de renovarlo tras su lesión), llegó del Sestao con 22 años. Más abajo, salvo Carlos García y Manu Palancar, a quienes Mel no acaba de ver, no queda ya casi nada. Seguramente, el número de canteranos descenderá, al revés del propósito de Heliópolis, si no se infla.
El lunes, el club comunicó al juvenil Adrian Wojcik, internacional polaco sub 19, que ha debutado ya en el B, que no seguirá. Así, la captación se antoja clave. Y en ésta primará que el chaval "entienda el juego", es decir, su valía táctica. Pues de Messi cuentan que de niño era un chupón.
El cuerpo técnico que descendió al Baza, a punto de desaparecer
Óscar Cano logró la mejor clasificación de la historia del CD Baza (11º en Segunda B) en la temporada 06-07 y al año siguiente firmó por el Granada y llegó al club bastetano Urbano Ortega, como entrenador, con Luis Fradua y Rafa Moreno como ayudantes. El Baza descendió a Tercera División y a punto estuvo de no poder competir al año siguiente por una deuda de 17.000 euros con este cuerpo técnico, que al cierre de la inscripción pagaron dos directivos ante el riesgo de desaparición del club, ya que Urbano se negó a retirar la denuncia si no cobraba. Éste y Moreno han sonado para el Betis y aún no están descartados.
Ganar ligas, consigna de la temporada
Tras dos años perdiendo casi todas las competiciones provinciales y andaluzas a manos del Sevilla -al final de la etapa de Valenzuela era al revés-, la consigna de Fradua a sus técnicos para la próxima temporada es ganar campeonatos. Así, está prácticamente prohibido que el futbolista que destaque pase a una categoría superior. El vizcaíno quiere que cada niño juegue con los de su edad. El resultado en el curso 13-14 prima sobre la formación.