lunes, 1 de julio de 2013

La sombra de los genios ( Los representantes )

lavozdigital.es
La sombra de los genios

Los representantes de jugadores cobran protagonismo en la tórrida temporada estival. La imagen que evocan: elegancia con toque informal, siempre aferrados al móvil y toreando a clubes, peloteros y periodistas en el ruedo futbolístico.

Miguel Alfaro (26 años), Daniel Rodríguez (38) y ‘Pacucho’ Sánchez Franzón (48) ilustran con un primer vistazo el perfil heterogéneo de los representantes. Un licenciado en económicas, un ingeniero de telecomunicaciones y un exfutbolista, prueba también de su evolución.

Para ser agente es obligatorio obtener la licencia. Si no es así, se comete una irregularidad, pues no se pueden registrar contratos en la Federación sin contar con este título, y si se hace de forma privada y particular no existe amparo ni defensa a nivel de reglamentación deportiva. Existe una convocatoria bianual para optar a un número limitado de plazas a través de un examen (700 euros a los que hay que sumar en muchos casos la academia de preparación), unos gastos de mantenimiento de 861 euros anuales más el seguro de responsabilidad civil.

‘Papeleo’ al margen, estos tres se encuentran inmersos en el periodo clave de su profesión. Será en estas semanas, en estos dos meses (hasta el 31 de agosto) en los que se jugarán gran parte de su futuro. «Aquí en España el mayor movimiento se produce en verano por el asunto de los fichajes, si bien en Sudamérica tienen otras fechas distintas», apunta Alfaro. «Si no hay trabajo en verano el agente está muerto.

Es una labor de 10 meses que cristaliza ahora, porque el mercado de invierno es muy reducido», ratifica Sánchez Franzón. «Finalizan muchos contratos y existen más opciones», completa Dani Rodríguez. «Es por la filosofía de este país, pues en Inglaterra firman cuando quieren y no tienen prisa, sea en marzo, mayo o julio».

Ahora es cuando germina, pero durante todo el año han tenido que abonar el terreno con «honestidad», «transparencia» y «confianza». «Las relaciones personales deben ser estrechas. El agente es además un amigo y un apoyo para los momentos difíciles», asegura Rodríguez. Con una cartera de casi 100 jugadores, «yo tengo mucho contacto con todos, me preocupo por sus problemas. Y precisamente cuando las cosas van bien es cuando menos hablo, porque no les hace falta». Alfaro recuerda que «les asesoramos durante todo el año.

Es clave la confianza, la relación personal, y luego ir generando valores añadidos, como la transparencia». «Hay que ser honesto, con el futbolista y con el club», sentencia Pacucho.

Palabras que suenan bien, pero ellos no viven al margen de la realidad. Lo saben. Conocen la mala fama de su profesión. «Hay mucho golfete, con gente muy poco profesional»; «esto es peor que una selva, con ‘compañeros’ que engañan a sus jugadores, cobran por debajo de la mesa y venden cosas que después no salen»; «es una cuestión de personas, aunque hay mucho intrusismo y eso es perjudicial».

El mercadeo con los chavales es un asunto espinoso, desagradable. En Sudamérica se recrudece: «allí se pueden comprar a las personas como si fueran una lata de ‘Coca Cola’. Y después el agente decide donde juega, dejando al jugador sin poder de decisión», como ha ocurrido con Falcao, Tévez y muchos más.

En España, como miembro de la UEFA, se encuentra regularizado el negocio. Ven garbanzos negros, como en todos los platos de la vida, máxime cuando los euros se avistan en el horizonte. Sin embargo, la norma es clara para evitar malentendidos. Cobran el 10% de la remuneración, que incluye el traspaso, el contrato (con todos sus años firmados) y las primas por objetivos. Luego está quien rebaja sus pretensiones o quien desecha las primas al considerarlo un premio al futbolista.

El fútbol, pese a la situación actual, sigue moviendo mucho dinero. Dani Rodríguez es el ‘Mendes’ del fútbol sala, con muchos jugadores de la selección española, tres de la brasileña, cuatro de la italiana... pues aún así, la corona del deporte rey es la que brilla con más fulgor, la que le aporta mayores dividendos.

A su vez, estos agentes realizan labores de intermediación, con jugadores que no son ‘suyos’ en exclusiva pero tienen el permiso para ofrecerlos a otras entidades. Y en el caso de Sánchez Franzón, prefiere atender a las demandas de clubes que se ponen en contacto con él para la búsqueda de jugadores. Entonces la comisión es compartida.

Sus teléfono no dejan de sonar. Y eso que «el momento actual, por la situación crítica mundial, es complicado, especialmente para aquellos que acaban contrato». «Ha cambiado la forma de trabajar», reconoce Pacucho, «ahora le das a un botón en internet y te sale toda la información de un futbolista». Para Dani «no hay producto para tanto agente en la provincia, tampoco a nivel nacional, pero hay que respetar la competencia y hay que intentar llegar antes». Pues como termina Miguel Alfaro, «otra cosa no habrá en Cádiz, pero futbolistas...».