martes, 8 de octubre de 2013

CAPARRÓS: “No se me caen los anillos por entrenar en categorías inferiores o en una escuela de fútbol”

                                                                 
                                     

                                                                               
 ¿Qué entrenadores le marcaron?

Benito Floro ha sido el entrenador que me puso todo en orden. Era mi profesor, al igual que Gines Meléndez, en los cursos en Albacete. Luego tuve muchas conversaciones con Benito Floro. Insisto, él me puso la cantidad de información que los técnicos vamos recopilando. Ahora está internet y se puede ir a cualquier congreso, pero antes había que ser más autodidactas si cabe. Sus equipos se caracterizan por la solidez defensiva, el bloque, la solidaridad… Es fundamental. El fútbol está marcado por la asociación y la colectivididad, por lo que tiene que primar ese concepto. Pero lo que marca la diferencia entre los equipos es el talento.

Son muchos años entrenando: ¿Sus conceptos y métodos evolucionaron?

Claro. El fútbol evoluciona muy deprisa y hay que adaptarse siempre, con matices. Hoy no se entrena como hace cinco años. Se van incorporando nuevos especialistas. Ya no se gestiona un grupo como cuando empecé hace treinta años, al igual que ya no se educa como hace tres décadas. Incluso te diría que el éxito de nuestro fútbol se debe a como hemos innovado e investigado.

En los últimos años, cual es el método más innovador que ha incorporado? Apoyarme en más especialistas. Ahora el entrenador no sólo dirige a sus futbolistas, también gestiona a su grupo de técnicos. Tenemos a un técnico de comunicación que está todo el día con nosotros, el delegado, el técnico de grabación, preparador físico, de porteros…

¿Los sistemas caducan?

No caducan. El 4-4-2 siempre se da, por ejemplo. Depende de los futbolistas que tengas, de sus características. Los futbolistas, como los coches, cada vez van siendo mejores. Messi o Iniesta ya vienen con GPS de fábrica: juegan 50 partidos al año, no se lesionan nunca, se recuperan más rápido… Los jugadores ahora interpretan mejor el juego y los matices de los sistemas. “Los futbolistas, como los coches, cada vez van siendo mejores: ahora interpretan mejor el juego y los matices de los sistemas.”

Estuvo cinco años en el Sevilla, cuatro en el Athletic: ¿Es una utopía que un entrenador esté más de cinco años en un club?

 No creo en los ciclos, es una palabra muy hecha. Puedes estar ocho años sin que el ciclo se acabe o al cabo de tres meses darte cuenta de que el ciclo se te ha cerrado. Depende de muchos factores: tu implicación y la del personal del club… Si tú llegas y resulta que a los cuatro meses no notas feeling e implicación, es el fin del ciclo. Puedes estar varios años pero notar que sigue la misma ilusión y que van saliendo nuevos jugadores.

Le gusta apostar por los jóvenes de la cantera: ¿Qué pautas y criterios sigue?

Una de las cosas que hacemos al llegar a un equipo es reunirse con los técnicos del fútbol base. Ellos llevan años con los chicos y nos informan, nos aconsejan que nos fijemos en determinados jugadores. Cuando observas que un jugador es diferente, le vas dando confianza, lo vas metiendo en el vestuario, y le pedimos que sea el mismo que en las categorías inferiores.

Lleva treinta años entrenando casi sin parar: ¿Eso es bueno o malo? Es verdad… Las reflexiones en la vida son importantes. Tras el cese del Mallorca estuvimos tres meses sin equipo. La vida va a tal velocidad, que la dinámica del trabajo no te deja ver, reflexionar o analizar. Durante esos meses, estuve colaborando con medios de comunicación y eso me permitió ver las cosas desde otra perspectiva.

Para usted es muy importante el diálogo con el jugador: ¿Hasta qué punto se puede escuchar a un futbolista? Hay cosas intocables? Por supuesto. El diálogo siempre es bueno, porque el jugador es el que tiene más información. El crecimiento de un entrenador te lo va a dar el futbolista. De todas formas, el futbolista sabe el rol que tiene.

Por ejemplo, al plantear un partido, se debate? No. El entrenador es quien tiene los datos. Con tus instrucciones, al futbolista les estás explicando por qué haces eso. No se trata de convencer, sino de demostarle cosas, visualizando partidos y enseñándole como combatir a un equipo.

Es muy expresivo en el banquillo: ¿Tuvo que reprimir eso para no poner nerviosos a los jugadores? Sin duda, es la faceta que tuve que mejorar. En algunas situaciones, incluso con algún futbolista, no debes hacerlo, porque puedes provocar que se precipite. Lo he trabajado por mi mismo y con consejos de los técnicos.

¿Lo del chicle vino por eso? No exactamente. Nunca fui fumador y el chicle era una forma de aplacar la tensión.

¿Cuál es el objetivo de su fundación?

Estoy muy agradecido al deporte y al fútbol. Mi grupo de comunicación creyó conveniente crear esa iniciativa. Ahora por ejemplo vamos a hacer un master de alto rendimiento de preparación física con la Universidad Paula Olavide y el CSD. En una situación dificil para los chavales, cuanta mas formacion tengan los técnicos, mejor.

¿Hasta qué edad se ve entrenando?

Me gustaría entrenar muchos años, eso lo dirá el mercado. Pero no se me caen los anillos por entrenar a equipos de categorías inferiores o volver a entrenar una escuela de fútbol. Yo disfruto entrenando. Los martes, el día de descanso, hacemos un trabajo de tecnificación de los chicos de las categorías inferiores. Mientras tenga ese cosquilleo…

¿Sus experiencias más cortas fueron Villareal y Neuchatel. Que se aprende de eso?

En el Villarreal fueron seis partidos, pero fue muy enriquezedor. Conocí a gente muy importante y cometí errores. Venía de otro fútbol, y no se puede entrar a dar recetas de un sitio a otro. En Neuchatel fue un mes muy intenso, porque se querían meter en parcelas intocables.

¿Qué tipo de errores cometió en el Villarreal?

Fui allí muy individual, no llevé ni preparador físico. Yo asumía todas las competencias, y el fútbol ya estaba evolucionando. Venía de tres años muy exitosos en el Recreativo, donde yo llevaba la preparación física. Me vino bien la autocrítica. En el Sevilla, corregí esos errores.

¿Que le convenció para fichar por el Levante?

La transparencia, la sinceridad del director deportivo y de su presidente. Era como volver a los inicios. Antes los equipos eran como una familia: todo el mundo estaba comprometido con el proyecto, la relación era muy fluida, se miraba cada gasto, sacando el máximo rendimiento a todo… Como apasionado y romántico del fútbol, me vinieron a la memoria esas situaciones en las que algunos directivos te hablan de proyecto, pero se queda en palabra vacía.

Usted es de Utrera, tierra de toros y flamenco… Soy muy aficionado al flamenco. Quitando y respetando a Camarón, tenemos a los mejores: el Bambino, la Bernarda, la Paca, Enrique Montoya… Soy muy asiduo al Festival Flamenco de mi pueblo que es el Potaje Gitano, un lujo, una fiesta flamenca tremenda. También me gustan los toros, pero la Feria casi siempre coincide con la pretemporada.


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