jueves, 21 de noviembre de 2013

Toril, el adiós de otro Del Bosque


Toril llegó al club de la mano de Míchel en 2008. Empezó como asistente, haciendo vídeos de Raúl para los jóvenes delanteros, hasta que le llegó la primera oportunidad, la de salvar al Real Madrid C en Tercera en febrero de 2009.

Alberto Toril, hombre de club donde los haya, víctima del poder instalado y acomodado de Valdebebas, que le diseñó una plantilla impropia de un filial madridista que compite en Segunda. Esa fue su condena.
El Cordobés deja al equipo en una situación límite, colista con siete puntos en 14 jornadas. Cierto. Como no lo es menos la retahíla de triunfos que ha dejado en La Fábrica. Toril llegó al club de la mano de Míchel en 2008.

Empezó como asistente, haciendo vídeos de Raúl para los jóvenes delanteros, hasta que le llegó la primera oportunidad, la de salvar al Real Madrid C en Tercera en febrero de 2009. Lo logró contra todo pronóstico y la dirección de la cantera, ya con Ramón Martínez, le puso al mando del Juvenil A. Fue la campaña 09-10, en la que el Juvenil se alzó con la Copa de Campeones. En aquel equipo estaban Carvajal, Morata, Álex o Sarabia, cuya trayectoria está irremediablemente ligada a Toril.

Al curso siguiente, empezó con el Juvenil A de Jesé y Omar Mascarell, le llegó la ocasión de dirigir al Castilla. Era enero de 2011. El filial se hundía en la tabla con Alejandro Menéndez. El cordobés les subió la autoestima, apostó por el ataque y tras una gran racha de resultados clasificó al equipo tercero. El Alcoyano les eliminó en la primer ronda del playoff de ascenso. Pero las bases estaban puestas, aunque aquel equipo perdiera a Fran Rico, Juan Carlos, Juanan y Sarabia.

La 11-12 fue la temporada del filial. Logró el ascenso a Segunda siendo primero de grupo y goleando al Cádiz. Toril aunó un grupo de jugadores que hoy tienen hueco en la primera plantilla (Jesús, Carvajal, Nacho, Morata o Jesé), juegan en Primera (Juanfran, Cheryshev, Mosquera) o en el extranjero (Joselu en el Eintracht), principal función de un filial de la entidad del madridista. Y el curso pasado, tras un comienzo titubeante, acabó la temporada por encima del Barça, lo que satisfizo a Florentino, que prometió una prima si lo conseguían.

El presidente siempre presumió de tener una valor de futuro en el banquillo del Castilla. De hecho, le renovó en contra del criterio de Mourinho, hasta 2015. Le gustaba y conectaban. Hasta ayer. Toril siempre se ha sentido más cerca de técnicos como Del Bosque. Cree en el valor de la formación y de los jóvenes y en la máxima de que el club está por encima de todo y todos. Por eso nunca polemizó con Mourinho, por mucho que el luso le disparara cada vez que le apetecía o le llegara a echar de un entrenamiento del filial con el primer equipo.

Le defendieron sus jugadores en Huesca, celebrando con él un gol tras una de las afrentas del portugués desde la sala de prensa. Su final ha sido similar al de Del Bosque. Sus éxitos pervivirán por encima de lo malo, que es poco. "El Madrid es mi casa, estaré aquí hasta que el club quiera", declaró tras el ascenso. Ese momento ha llegado. El Madrid pierde a una figura clave en el buen momento que ha vivido la cantera en los últimos años.

Marca.com