David Larrubia (Málaga). Un sensacional uno contra uno. Decidió la final con dos goles en menos de siete minutos aprovechando con sangre fría la descolocación defensiva del Sevilla en sendos despistes. Acabó el torneo con 5 goles y fue elegido mejor jugador de la final. Listo, hábil en el regate y con intuición para el juego colectivo. No había aparecido por las convocatorias de la selección andaluza curiosamente hasta la semana previa a la cita en Gines. A partir de ahora, será un fijo.
Antonio Crespo (Sevilla). En el cuadro nervionense se esperaba más a Zarzana, pero apareció él. Con un cuerpecito muy menudo, puede que el jugador más pequeñito del torneo, dejó al personal boquiabierto sobre todo en dos jugadas de dibujos animados con las que regaló dos goles a Vela y Salguero en la semifinal ante el Betis (6-1). Su fútbol fue todo un descubrimiento. La pisa, se gira, dibuja ruletas, hace la cuerda, regatea con las dos piernas y sale del dribling por los dos perfiles… Es muy menudo, pero con una gran clase.
Pablo Escobar (Málaga). Era uno de los jugadores que se esperaban. Un defensa con clase que ya está en la selección sub 12 andaluza. No es potente físicamente, pero suple esta carencia con oficio (sale de la presión como un veterano), calidad para sacarla con ambas piernas, velocidad e intuición. Manda desde atrás.
Coba Mamadu (Almería). Tímido y callado fuera del campo y hasta dentro, donde parece que no está hasta que le llega el balón. Nacido en Almería pero de origen maliense, es un delantero espigado y fibroso, de movimientos rápidos y a veces de ejecución con un solo toque, aunque se le intuyen más cosas. Junto con Marco y Diego Fdez. Talaverón, puede ser de los más interesantes de su equipo.
Alejandro (Betis). El mejor portero del torneo. Unas maneras espectaculares que sacaron a su equipo de apuros en algún momento del torneo. Especialmente acertado en lanzamientos desde larga distancia, arrancó no pocos aplausos y demostró por qué es el portero de la sub 12.
Ángel (Córdoba). Parte desde atrás, desde posiciones defensivas, pero engaña. Tiene piernas para romper líneas y cruzarse todo el campo y juega con ese factor sorpresa. Así le hizo dos golazos al Cádiz (porque también tiene disparo y calidad para definir) y brilló en los mejores minutos del Córdoba ante el Betis en uno de los duelos más bonitos del torneo. Apunta cualidades (velocidad, potencia, clase, disparo…) para jugar en cualquier posición cuando llegue al fútbol 11.
Gonzalo (Betis). Buenos balones por dentro a Pablo Suárez o a Álex Mohand y una excelente finalización. Marcó un golazo de un potente disparo cruzado con la zurda al Córdoba.
Miguel (Bereket) Soria (Sevilla). En el Sevilla se afanan a veces en omitir su primer apellido para que no llame tanto la atención, pues ya se sabe qué pasa con los jugadores de origen africano a estas edades. Pero ya no es un desconocido. Tiene una potencia descomunal, más cuerpo que el resto y aprovecha esa superioridad para jugar con ella, aunque a veces esa confianza le juega malas pasadas. Sus entrenadores le dan una libertad que acabó siendo la llave para el triunfo del Málaga en la final, pues David Larrubia se encontró con la defensa descolocada. Dispone de un disparo descomunal desde fuera del área. Así le hizo dos al Betis y así acortó distancias en la final cuando el Málaga ganaba por 3-0. Tiene además raza y carisma para tirar de su equipo.
Pablo Suárez (Betis). Es un goleador con muchos registros, un fijo para los técnicos de la andaluza y la sevillana, como Alex, que jugaba en casa. Uno de los jugadores decisivos en el Betis, como Marchena, quien destrozó al Córdoba con dos espectaculares zapatazos desde la posición de ‘lateral’ derecho.
Antonio Zarzana (Sevilla). No brilló lo esperado la estrella junto a Miguel del Sevilla, aunque marcó en la final y también en el primer partido ante el Cádiz. Tiene maneras de crack, peinado con líneas en el pelo y movimientos de jugador con clase. No fue un líder como Miguel o Crespo, pero fue decisivo también, como
Ismael Vela (2 goles en momentos clave con el Betis y uno más al Cádiz) o Enrique Salas, sobrino del ex futbolista de Morón Víctor Salas y que anotó el cuarto en la semifinal de otro fuerte disparo.
Lito (Córdoba). Un goleador a seguir. Se desmarca con facilidad y no se lo piensa en el área. Hizo doblete con el Cádiz, pero se encontró con el meta bético en el choque que dejó fuera al Córdoba, aunque marcaría el del honor para los suyos. El más destacado de su equipo junto a Ángel y quizá Mariscal (buen disparo) y Abel. Éste es un jugador llamativo por el color de su piel y sus trenzas que ya ha brillado en otras ocasiones con la andaluza, aunque ha tenido algún cambio en su cuerpo. Juega de zaguero y también fue utilizado más adelantado.
Anás Morau (Málaga).
Jugador llamativo por su cuerpo, estilizado pero fuerte. Es muy táctico y sabe hacer lo que le piden sus entrenadores. Quizá en el campeón brillaban otros, pero tanto él como Cristian hicieron una gran labor. Él con su empuje (arriba y abajo) en la izquierda y el ex del Taraguilla por su trabajo oscuro de corte y entrega en el centro de campo. Fue clave en la final en ese trabajo.
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