Un estudio realizado por la Universidad Siglo 21 reveló que los futbolistas de alto rendimiento, antes o después de un partido tienden a sentirse "siempre" o "casi siempre" temerosos (17.9%), intranquilos (34.1%), nerviosos (31.8%), hostiles (32.9%), asustados (23.5%) e irritables (29.4%).
Y comparando estos resultados con una muestra de más de 400 trabajadores se observó que menos del 15% de los encuestados tiende a experimentar niveles semejantes de temor u hostilidad. Es decir que el 85% de otros trabajadores nunca ha experimentado niveles semejantes de emociones negativas.
Estos datos reflejan que los jugadores se encuentran más expuestos a emociones negativas que un trabajador promedio. Pero por otra parte, es importante destacar que el mismo resultado se obtuvo con respecto a las emociones positivas.
Concretamente se observó que los futbolistas tienden a experimentar "siempre" o "casi siempre" emociones de excitación (47.1%), entusiasmo (78.9%) y orgullo (68.3%). Valores que son superiores a los comunicados por otros trabajadores, observándose que sólo el 25% experimenta niveles de emociones positivas semejantes.
El estudio realizado por esta Universidad comparó el nivel de emociones negativas experimentadas por profesionales de clubes de Primera División tomando como referencia las emociones que experimentan habitualmente los trabajadores de otras profesiones, en su mayoría administrativos varios del sector público y privado.
"Los futbolistas que tengan mayor capacidad para manejar las ambiguas implicaciones que tiene la co-activación emocional sobre el comportamiento, tendrán mayores probabilidades de superar exitosamente los estresores a los que se ven expuestos y alcanzar un desempeño óptimo.
Un panorama menos alentador existiría para los futbolistas que no logren soportar la tensión de sentir ambos tipos de emociones", explicó el Lic. Leonardo Medrano, de la Secretaría de Investigación de la Universidad.