Una campaña más, el cuerpo técnico encabezado por Jesús Nova maneja la batuta del Atlético de Madrid Alevín B masculino; un equipo en el que año tras año los más prometedores valores rojiblancos afrontan la transición desde el Fútbol 7 al Fútbol 11. Dadas las importantes diferencias existentes entre ambas modalidades de juego, dicha transición supone pues un proceso complejo y a la vez un reto apasionante, que el técnico disecciona para la web del club.
“El primer aspecto en el cual incidimos es que tenemos que llegar a la portería que hay enfrente, aunque a lo largo y no a lo ancho como estaban habituados, pero es que además, para defender también tienen que volver”, afirma respecto al cambio de las dimensiones del campo, cuyos mínimos se sitúan en 50x30 metros para el Fútbol 7 y en 90x45 para el Fútbol 11.
“No obstante, el factor clave es la línea de fuera de juego, que en esta categoría ya empieza en la línea del centro del campo”, reconoce Jesús Nova.
“Intentamos acostumbrarles a que el equipo presione dentro del campo rival. Sin embargo, eso quiere decir que a tus espaldas tienes 40 ó 50 metros y como no presiones bien y no seas coherente en mantener esa línea, seguramente puedas habilitar a contrarios. Hacemos mucho hincapié en ser estrictos, en mantener la línea entre los centrales y los laterales”.
“Además, el cancerbero también debe habituarse a jugar fuera del área y hacer esa labor del antiguo hombre libre para solventar el problema en caso de que la defensa no llegue en una situación de repliegue”, prosigue el técnico.
Cuestionado por el papel de los centrocampistas en las labores de distribución, Jesús Nova dice: “Las transiciones quizás no son tantas ni tan rápidas como en Fútbol 7, pero en cambio tienen mucha más parcela de trabajo y de recorrido, en desplazamientos verticales y horizontales. Nosotros procuramos mantener un bloque compacto, porque si el equipo está junto es más fácil tanto robar el balón como asociarnos una vez lo tenemos en nuestro poder”.
“Debemos ser rápidos y listos para que el balón lo tengamos nosotros y circule veloz. Donde está el esférico es generalmente donde más contrarios puede haber y ahí comenzamos a introducirles el concepto de los cambios de orientación”.
Aunque más allá de los aspectos puramente tácticos, Jesús Nova incide en la necesidad de estimular las capacidades cognitivas de sus pupilos:
“El objetivo es que ellos descubran. Nosotros les indicamos cómo se manejan ciertas herramientas y en qué momentos deben de emplearlas, pero hay que enseñarles a pensar, porque el fútbol es un deporte de toma constante de decisiones y nosotros no podemos radiarles el partido desde la banda”.
“Es importante que crezcan a todos los niveles, no solamente físicos, técnicos y tácticos, sino a nivel humano. No solo se entrena dentro del campo. Ellos notan que las plantillas son más amplias, que tienen que convivir con un mayor número de jugadores y que es más complicado ser titular. Es un compendio de cosas que poco a poco van descubriendo, porque son chicos inteligentes”, concluye el entrenador del Alevín B masculino.
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