No es de extrañar que, poco a poco, la psicología aplicada a las actividades deportivas esté tomando una presencia clave en equipos deportivos grandes o pequeños.
Los profesionales de la psicología del deporte trabajan las áreas de la psicología más relacionadas con el rendimiento deportivo colaborando estrechamente con los entrenadores deportivos, que se encargarán de la parte física del entrenamiento.
Para potenciar el rendimiento deportivo en un deportista, ya sea éste de élite o un aficionado con ganas de mejorar, los psicólogos del deporte se basan en las siguientes áreas.
Diseño de objetivos
En ocasiones nos marcamos objetivos que no son realistas, ya sea por nuestras condiciones físicas en el momento, por cuestiones económicas o por circunstancias sociales que nos rodean. La primer actuación del psicólogo especialista en actividad deportiva se dirigirá a orientar al deportista en el diseño de sus objetivos. Conseguir definir un objetivo realista y ajustado a las capacidades y potencialidades del individuo será clave para poder diseñar un plan de acción y entrenamiento adecuado para conseguirlos.
Concentración
Para iniciar o mantener una actividad física o deportiva es necesario estar concentrado en lo que se va a hacer. En este sentido, el psicólogo del deporte trabajará con el deportista para que le sea más fácil llegar a un estado de concentración óptimo en el cual sea capaz de concentrarse en la ejecución deportiva tanto como en su cuerpo y en las señales que éste le envía.
Autoconfianza
Ser capaces de vernos a nosotros mismos como ganadores es el primer paso para mejorar nuestro rendimiento. El psicólogo del deporte trabajará la autoconfianza de los deportistas para que se visualicen a sí mismos trabajando para conseguir el objetivo deseado. El objetivo es mejorar la confianza en uno mismo para poder aumentar, si es necesario, el nivel de exigencia físico sin que el deportista se de por vencido antes siquiera de intentarlo.
Motivación
Cualquier persona que haya hecho deporte sabe bien que la motivación es el pilar fundamental sobre el que se asienta la consecución, o no, de los objetivos. La motivación nos ayuda a activarnos para realizar una determinada conducta, en este caso, realizar una actividad física o deportiva. Pero no sólo eso, la motivación es la que hará que el deportista pueda sobreponerse a una derrota y vuelva a iniciar el entrenamiento focalizado en la mejora de su propio rendimiento.
Control de la presión
El mundo de la competición deportiva es un mundo muy exigente y que ejerce gran presión sobre deportistas y entrenadores. Saber manejar el efecto de la presión externa será imprescindible para que el deportista ofrezca en todo momento su mejor marca. Pero no sólo hablamos de la presión externa, existe también la presión interna del propio deportista.
La autoexigencia cuando hablamos de competiciones deportivas es muy grande, todas las horas que se han dedicado al entrenamiento, todos los sacrificios hechos por y para el deporte, entran en juego en los minutos que dura la competición. El psicólogo del deporte, en este caso, se encargará de que el deportista consiga sobreponerse a esta presión interna y focalizar las energías en la actividad.
Trabajo en equipo
Aunque realicemos una actividad física individual, como puede ser el running, aprender a realizar un buen trabajo en equipo será imprescindible para el deportista. El psicólogo deportivo ayudará a que el equipo, sea este de 2 o de 20 personas, se comunique de una forma más eficiente y consigan llegar a los acuerdos necesarios para potenciar el rendimiento del deportista o deportistas al máximo.
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