Ser un buen gestor de grupos es una característica necesaria, diría que
imprescindible, que debe tener cualquier entrenador.
El míster, maneja personas influenciables por la cantidad de emociones que
conlleva la propia competición, dado el compromiso y responsabilidad que exige
la misma. Pero, en ocasiones, al entrenador, le puede esa faceta de gestor a la
hora de decidir, y no siempre de manera acertada. Hablando de Del Bosque, claro
ejemplo de gestor, o Ancelotti otro caso similar, podemos decir que a ese nivel,
se maneja sobre todo el ego del jugador, intereses individuales orientados hacia
el status, o el favor de la prensa y público.
Los casos de Di María, o el ya cansino debate de Casillas en la portería….
Así como las extrañas convocatorias de Del Bosque en la selección por mantener
en grupo en detrimento de jugadores que están en mejor momento de juego son un
clamor en el debate que se nos presenta en torno al tema que expongo.
Di María, hizo jugadas muy notables en el clásico pero, ¿es esa la posición
en la que debe jugar el argentino dadas sus características?
Y, ¿más aún, contra el Barça? Quedó claro que no.
No pretendo hacer un análisis del clásico, es tan solo un claro ejemplo.
La labor de recuperación del jugador por parte de Ancelotti ha sido
encomiable pero, no era el partido para él en esa posición. Decisión errónea,
perjudicial para el equipo, no fue la única…. A veces, dicha faceta de gestor,
se solapa con la de entrenador, se entorpecen. Cuando tu capacidad de decisión
está tan fuertemente condicionada por tu idea de gestión, tienes un problema
contigo mismo de difícil solución, es un claro conflicto entre la necesidad y
tus convicciones, difícil situación.
Sin embargo en el futbol base, debemos de tener claro que quizá la faceta de
gestor es la que debe predominar, dado que nosotros manejamos jugadores que a
final de mes no reciben sobre, ni aparecen en los medios, que lo único que
tienen es su ilusión, su Fe y confianza, su esperanza…. Nosotros debemos medir
muy bien lo que hacemos, dado que la “necesidad” que se pueda presentar en un
partido de futbol base, no debe ser prioritaria ante el hecho de que un chaval
pierda la ilusión por el deporte que ama. No es la misma situación, son
futbolistas en ambos casos, pero dichas situaciones, requieren prioridades
diferentes.
Se compañeros que es difícil, y que sin querer todos nos equivocamos.
Cuidemos a los chicos, su ilusión…. ellos son el alma de este deporte.
hambredefutbol.com