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El Betis es la cuarta plantilla de la Liga BBVA con menos canteranos en el primer equipo, Vadillo y Nono, después de Granada, Elche y Getafe, sin ninguna presencia local. En el Betis B sólo hay cinco.
Diez meses después de su puesta de largo, el Proyecto Heliópolis no existe. Miguel Guillén llegó a hablar tras su puesta en marcha incluso de Heliópolis, porque sostenía que ya había echado a andar y no era un proyecto, pero la realidad, los datos objetivos y cualquier subjetividad bienintencionada con que se quieran adobar éstos, es muy distinta.
El Proyecto Heliópolis no lo sostiene hoy ni el más radical de sus defensores. Cuando el 7 de noviembre de 2011, el que iba a ser el gran pilar del club, fue presentado con todos los estamentos de la entidad en la ciudad deportiva de Los Bermejales, y con medio centenar de niños uniformados e ilusionados con sus futuros, muchos le auguraban ya el fracaso por utópico, pero muy pocos que en menos de un año iba a parecerse a aquellas falacias a las que daba semejante bombo Manuel Ruiz de Lopera.
Apelando a los fríos datos, antes incluso de recordar las bases y objetivos del proyecto, hay que señalar que el Betis, hoy, sólo tiene inscritos a dos canteranos, Vadillo y Nono, con los dorsales 7 y 8, en la relación de 25 futbolistas que entregó a la Liga de Fútbol Profesional, cifra muy lejana de la que marcaba la hoja de ruta de su macroproyecto de cantera. Sólo Getafe, Granada y Elche, clubes relativamente nuevos entre la élite, con ningún futbolista que haya pasado en su cantera tres temporadas entre los 15 y los 21 años, están por debajo de los verdiblancos. Con dos canteranos lo igualan el Rayo y el Almería. El resto superan a este Betis que pretende, o pretendía, ser un referente a nivel nacional en este aspecto.
Al final, el Proyecto Heliópolis se puede quedar sólo en los deseos del actual mandatario, José Antonio Bosch, para ganar credibilidad con vistas a la opinión pública y, de paso, controlar el club con gente afín. Bosch se apoyó en Anselmo Ruiz de Alarcón, un granadino partícipe también de Betis Lab (el proyecto médico más costoso y rebuscado, porque entre otras cosas no se aplica a los profesionales del primer equipo), quien lo convenció con la entelequia de Foot Pass, el sello de calidad con el que la UEFA iba a premiar a clubes de cantera como el Betis. Los resultados posteriores están a la vista. Pero a Bosch no parece importarle en exceso. A través de Anselmo controla la ciudad deportiva. La cantera y el primer equipo navegan ya absolutamente distanciados. Después se contrató inicialmente al ahora director de la ciudad deportiva de Los Bermejales, Luis Fradua, para posteriormente continuar con el técnico del filial, Óscar Cano. Después ingresarían en el club otras personas afines a esa línea como el captador de jóvenes futbolistas Alberto González.
Todo ha desembocado en la despersonalización también del filial, que ha fichado una decena de futbolistas todos de fuera, con la idea de que iba a competir en Segunda División B y de los que, algunos técnicos consultados, vaticinan que se aburrirán en los campos de Tercera y tendrán difícil incluso lograr el ascenso. La incongruencia, lógicamente, se acompaña con la presencia de sólo cinco canteranos en el segundo equipo. A Pedro, Caro, Varela, Isaac y Carlos García pueden unírsele algún juvenil con nivel como Álex Lázaro, Abeledo y Marco Rosa. Nada que ver con lo que se propugnaba hace sólo diez meses.
Entonces, tenían ficha del primer equipo Adrián, Álex Martínez, Cañas, Pozuelo y Vadillo, quienes además jugaban con cierta asiduidad, más Nono, con dorsal del filial pero a todas luces en el primer equipo. Encima, el equipo contaba con dos jugadores que se podrían denominar asimilados, Casto y Beñat, quienes sin cumplir los requisitos para ser denominados canteranos al menos sí provenían del segundo equipo de la entidad. Hoy, ningún futbolista cumple estas condiciones. Todo se reduce a Vadillo y Nono. Los asimilados Fausto y Eder Vilarchao también dispusieron de minutos a las órdenes de Mel el pasado curso, igual que los canteranos Sergio y Carlos García. Volviendo al presente, éste, que se ha quedado casi haciéndole un favor al club, es el único canterano titular hoy en los dos primeros equipos verdiblancos, concretamente en el filial.
"Con el Proyecto Heliópolis pretendemos una canterización del Betis y que en unos diez años el 70% de los futbolistas del primer equipo sean de la cantera", dijo el presidente, Miguel Guillén, en su presentación. Vlada Stosic, el director deportivo, se manifestó en términos similares. José Antonio Gordillo, a la sazón director de la cantera, se vio imposibilitado de dar explicaciones a las preguntas de más de un periodista incrédulo. En el primer año de los diez, los resultados no tienen nada que ver con los objetivos. Quedan nueve años por delante para cambiar la tendencia.
Gordillo fue destituido poco después y la razón fundamental esgrimida por el club fue que no era la persona idónea para llevar a cabo el proyecto de cantera del club. A Luis Fradua, contratado para relevarlo a través de la Universidad de Granada, donde trabaja a tiempo parcial, no le importó hacerse cargo de ese proyecto tan complicado de ejecutar. Percibiendo por ello unos 90.000 euros anuales, tal vez por eso se explique un tanto la apuesta deportiva de quien fue destituido en el Espanyol dos años antes. Entonces le llegaron a achacar que pasaba más tiempo en Granada que en Barcelona.
Bosch, tan amigo del dato objetivo y de la comparación, quizá podría ir acercándose a los proyectos de clubes como el Athletic, la Real Sociedad y el Barcelona, que superan la decena de futbolistas de su cantera en el primer equipo, cuentan con más de uno firmado con 19 o 20 años, y además tienen plagados sus filiales. El Celta, que apenas presume de cantera, cuenta con 9 y el Real Madrid, que tiene regada toda la geografía española, disfruta de 7. Incluso el Sevilla dispone con ficha entre los 25 profesionales del primer equipo de Julián, Cala y Reyes, juega como titular Alberto Moreno con ficha del filial, y tiene a otros como Javi Varas, Fazio, Perotti y Rabello con pasado en el equipo filial, aunque los tres últimos llegaran en operaciones similares a las protagonizadas por Casto, Beñat o Eder Vilarchao.
En el Betis de Bosch, empero, el proceso es el contrario al que se pretende y ya no sólo no hay canteranos en el once inicial, sino que en los últimos partidos no existía tal presencia ni en la convocatoria, por primera vez en 37 años. Ésta es la verdad del Proyecto Heliópolis en su año I de una idea, eso sí, a diez años. Los canteranos, como Adrián, Cañas o Pozuelo, salieron en verano.